19 sept 2012

El mejor homenaje

Discurso brindado por Ángel Akike en el HCD, el 14 de septiembre 2012, con motivo de la conmemoración del golpe de Estado de 1973 en Chile, y de la operación militar contra estudiantes secundarios en La Plata, en 1976.


En estos días, precisamente el 11 de septiembre, se cumplieron 39 años del salvaje ataque a la libertad y a la democracia que tuvo lugar en Chile en el año 1973.

En aquellos oscuros días, -y con el antecedente del golpe de Estado acaecido en Uruguay el 27 de junio de ese mismo año-, las fuerzas armadas chilenas, con Pinochet a la cabeza, derrocaron al Presidente Salvador Allende, elegido por su pueblo legítimamente en elecciones generales el 4/11/70.

Estas interrupciones del orden constitucional marcaron la historia del siglo XX en nuestro continente, pero la crueldad y la saña de las dictaduras que usurparon el poder en aquellos años 70 fueron inéditas, pero de ninguna manera se trataron de hechos casuales o aislados. Aquel golpe, fue el inicio de un sistemático y bien planeado ataque a las democracias latinoamericanas, que en Argentina se consagró el 24 de marzo de 1976 con el más atroz golpe oligárquico-militar de nuestra historia.

En estos días también, mas precisamente el 16/9, se cumplen 36 años de la operación militar denominada por la misma dictadura argentina como La Noche de los Lápices, uno de los tantos hechos de terrorismo de estado llevados adelante, pero en este caso contra un centenar de jóvenes militantes que luchaban – no solo por el boleto estudiantil, como suele simplificarse su lucha- sino por un país diferente, un país justo, libre y soberano.

Sería bueno recordar que desde el año 2006 -por decisión de Néstor Kirchner – el 16/9, se festeja en la Argentina el Día nacional de Juventud. La elección de esta fecha trasciende el dato histórico (La Noche de los Lápices) y buscó establecer el hecho simbólico: una parte de nuestra historia reciente que represente el rol de la juventud y su compromiso con un mundo de solidaridad y justicia.

El Día nacional de Juventud tiene que servir para que nuestros jóvenes se reconozcan como protagonistas de su propia historia, sujetos de deberes y de derechos, ejerciendo plenamente su libertad y sus potencialidades, y manteniendo la lucha, siempre interminable, por una patria para todos.

Estamos aquí para rendir homenaje a aquellos que dieron la vida por sus ideales, que se jugaron todo por un Chile y una Argentina libre, es recordar y comprender la dimensión y el significado de su lucha; la trascendencia de sus actos en el tiempo y su presencia en las banderas que se levantan en el presente. Sin duda el mejor homenaje es honrar su sacrificio militando este Modelo, guiados por los principios de MEMORIA, VERDAD, Y JUSTICIA.

                                                             Angel Akike, septiembre 2012