27 may 2011

No puedo ver, no puedo ver!!! Tengo los ojos cerrados!!!


A veces, en el afan por interpretar hechos, situaciones o coyunturas, hacemos alarde de nuestros saberes y recurrimos a remañidos fundamentos. Así, muy precario, queremos sostener situaciones que hemos adecuado para que nos quede a la medida que necesitamos. Tal vez, por querer lucirnos, por demostrar nuestros saberes.Lo cierto es que, de vez en cuando, surgen situaciones que dificilmente encajen en nuestros "recipientes de saberes". Situaciones que nos rebalsan, nos superan o simplemente no comprendemos. Y es aquí donde ponemos nuestra inteligencia a prueba. Es aqui donde llega el momento de callar y escuchar, observar, interpretar, recontextualizar, resemantizar (palabrita de doble significado que "construye" cuando quiero y si me incomoda puedo usarla para decir "ES ASI Y LISTO").
Seguramente muchos intelectuales argentinos aún buscan (o buscaron en algún momento), el significado del PERONISMO. Pero si se les "escapo la tortuga" en aquel momento dificilmente (y sin entrar en comparaciones), puedan comprender lo que estamos viviendo hoy con el KIRCHNERISMO. Por que hay cosas que no entran en ningun recipiente, que escapan a lo establecido, hechos que estan atravesados por circunstancias, actores y momentos que le dan un tinte especial, tan único que sólo nos resta vivirlo, tirar los papeles a la basura y dejarnos llevar.

Aquí les dejo una anécdota muy interesante que ilustra mas que "mil palabras".

"La caída de Icaro", de Pieter Brueghel

El año pasado Beatriz Sarlo dictó un seminario en la Universidad de Tandil que trataba sobre la relación entre imagen y palabra ("relación transemiótica", destacó con énfasis ella). El seminario duró toda la semana en la que selección Argentina jugó la primera rueda del Mundial 2010. A ella no le interesaban los partidos. Los mundiales la remontaban al mundial de la Dictadura argentina. En contraste se la notaba muy entusiasmada con un interminable partido de Wimbledon entre un francés y un inglés. Al tercer día, el miércoles, hizo apagar la luz del aula y proyectó sobre el blanco pizarrón una pintura de Brueguel: La caída de Ícaro. Primero explicó el mito (creo que se refirió a Ovidio): "Se sabe que Ícaro consiguió volar fabricando alas con plumas pegadas con cera y se acercó al sol más de lo oportuno, la cera se fundió, se desbarataron las alas, cayó al mar y se ahogó". Luego pasó inmediatamente a un poema de W. H. Auden, donde el poeta hace una descripción en versos ("ecfrasis", dijo ella) de esta pintura de Brueghel.
La prestigiosa intelectual se detuvo veinte minutos para resaltar "la apropiación" que había realizado Auden de la pintura, ya que (remarcó) Ícaro no aparece en ninguna parte del cuadro: Brueghel habría pintado sólo un paisaje marítimo pero al colocarle el título "La Caída de Ícaro" le daba otro significado ("resemantizaba", dijo ella) toda la pintura. Cuando terminó esta detallada interpretación apagó el proyector y encendió la luz.
Todos estábamos impresionados por el conocimiento y el despliegue realizado por Beatriz Sarlo. En ese momento, con mucha vergüenza, un alumno le pregunta si podía volver a proyectar la imagen de Brueghel. Se apaga la luz se enciende el proyector con la pintura de Brueghel y para sorpresa de todos los asistentes y de la intelectual el alumno le marcó un detalle, cerca del barco central del cuadro aparecían las piernitas de Ícaro rodeadas de algunas plumas sobre la superficie del mar. De esta forma se desmoronaba toda su extensa y apasionante explicación de la operación poética de Auden de apropiarse y resemantizar la pintura de Brueghel, volviéndola al mito original de Ovidio, al que el pintor había sólo aludido en su título para darle otro sentido parafrástico, no sólo haciendo un marco verbal simulado a una representación icónica del mar de Flandes. El alumno con humildad, sin llegar a ser una luminaria, marcó el detalle donde estaban las piernitas rodeadas con las plumas de las falsas alas y los veinte minutos de magistral explicación se desmoronaron en un segundo, como las mismas alas de Ícaro al acercarse al sol. El seminario terminó sin muchos sobresaltos tres días después.

Fragmento gentileza: A.P.U.

25 may 2011

Sin paraguas ni escarapelas


El 24 de mayo por la noche, el coronel Saavedra y el doctor Castelli atraviesan la Plaza de la Victoria bajo la lluvia, cubiertos con capotes militares. Van a jugarse el destino de medio continente después de tres siglos de dominación española. Uno quiere la independencia, el otro la revolución, pero ninguna de las dos palabras será pronunciada esa noche. Luego de seis días de negociación van a exigir la renuncia del español Cisneros. Hasta entonces Cornelio Saavedra, jefe del regimiento de Patricios, ha sido cauto: “Dejen que las brevas maduren y luego las comeremos”, aconsejaba a los más exaltados jacobinos.

Desde el 18, Belgrano y Castelli, que son primos y a veces aman a las mismas mujeres, exigen la salida del virrey, pero no hay caso: Cisneros se inclina, cuanto más, a presidir una junta en la que haya representantes del rey Fernando Vll -preso de Napoleón-, y algunos americanos que acepten perpetuar el orden colonial. Los orilleros andan armados y Domingo French, teniente coronel del estrepitoso regimiento de la Estrella, está por sublevarse. Saavedra, luego de mil cabildeos, se pliega: “Señores, ahora digo que no sólo es tiempo, sino que no se debe perder ni una hora”, les dice a los jacobinos reunidos en casa de Rodríguez Peña. De allí en más los acontecimientos se precipitan y el destino se juega bajo una llovizna en la que no hubo paraguas ni amables ciudadanos que repartieran escarapelas.

El orden de los hechos es confuso y contradictorio según a qué memorialista se consulte. Todos, por supuesto -salvo el pudoroso Belgrano-, intentan jugar el mejor papel. Lo cierto es que el 24 todo Buenos Aires asedia el Cabildo donde están los regidores y el obispo. “Un inmenso pueblo”, recuerda Saavedra en sus memorias, y deben haber sido más de cuatro mil almas si se tiene en cuenta que más tarde, para el golpe del 5 y 6 de abril de 1811, el mismo Saavedra calcula que sus amigos han reunido esa cifra en la Plaza y sólo la califica de “crecido pueblo”.

La gente anda con el cuchillo al cinto, cargando trabucos, mientras Domingo French y Antonio Beruti aumentan la presión con campanas y trompetas que llaman a los vecinos de las orillas. Esa noche nadie duerme y cuando los dos hombres llegan al Cabildo, empapados, los regidores y el obispo los reciben con aires de desdén. Enseguida hay un altercado entre Castelli y el cura. “A mí no me han llamado a este lugar para sostener disputas sino para que oiga y manifieste libremente mi opinión y lo he hecho en los términos que se ha oído”, dice monseñor, que se opone a la formación de una junta americana mientras quede un solo español en Buenos Aires. A Castelli se le sube la sangre a la cabeza y se insolenta: “Tómelo como quiera”, se dice que le contesta. Cuatro días antes ha ido con el coronel Martín Rodríguez a entrevistarse con Cisneros que era sordo como una tapia. ” ¡ No sea atrevido ! ” le dice Cisneros al verlo gritar, y Castelli responde orondo: “¡Y usted no se caliente que la cosa ya no tiene remedio!”

Al ver que Castelli llega con las armas de Saavedra, los burócratas del Cabildo comprenden que deben destituir a Cisneros, pero dudan de su propio poder. Juan José Paso y el licenciado Manuel Belgrano esperan afuera, recorriendo pasillos, escuchando las campanadas y los gritos de la gente. Saavedra sale y les pide paciencia. El coronel es alto, flaco, parco y medido. El rubio Belgrano, como su primo, es amable pero se exalta con facilidad. Paso es hombre de callar pero luego tendrá un gesto de valentía. Entrada la noche, cuando French y Beruti han agitado toda la aldea y repartido algunos sablazos a los disconformes, Belgrano y Saavedra abren las puertas de la sala capitular para que entren los gritos de la multitud. No hay más nada que decir: Cisneros se va o lo cuelgan. ¿Pero quién se lo dice? De nuevo Castelli y el coronel cruzan la Plaza y van a la fortaleza a persuadir al virrey. Hay un último intento del español por formar una junta que lo incluya, pero Castelli, que tiene 43 años y está enfermo de cáncer, se opone. Los “duros” juegan a todo o nada. Cisneros trata de ganarse al vanidoso Saavedra, pero el coronel ya acaricia la gloria de una fecha inolvidable. Quizá piensa en George Washington mientras Castelli se imagina en la comuna francesa. Su Robespierre es un joven llamado Mariano Moreno, que espera el desenlace en lo de Nicolás Peña.

Entre tanto French, que teme una provocación, impide el paso a la gente sospechosa de simpatías realistas. Sus oficiales controlan los accesos a la Plaza y a veces quieren mandar más que los de Saavedra. Por el momento la discordia es sólo antipatía y los caballos se topan exaltados o provocadores. Al amanecer, Beruti, por orden de French, derriba la puerta de una tienda de la recova y se lleva el paño para hacer cintas que distingan a los leales de los otros. Alguien toma nota y nace la leyenda de la escarapela en el pecho.



Al amanecer, para guardar las formas, el Cabildo considera la renuncia de Cisneros, pero la nueva Junta de gobierno ya está formada. Escribe el catalán Domingo Matheu: “Saavedra y Azcuénaga son la reserva reflexiva de las ideas y las instituciones que se habían formado para marchar con pulso en las transformaciones de la autognosia (sic) popular; Belgrano, Castelli y Paso eran monarquistas, pero querían otro gobierno que el español; Larrea no dejaba de ser comerciante y difería en que no se desprendía en todo evento de su origen (español); demócratas: Alberti, Matheu y Moreno. Los de labor incesante y práctica eran Castelli y Matheu, aquél impulsando y marchando a todas partes y el último preparando y acopiando a toda costa vituallas y elementos bélicos para las empresas por tierra y agua.

Alberti era el consejo sereno y abnegado y Moreno el verbo irritante de la escuela, sin contemplación a cosas viejas ni consideración a máscaras de hierro; de aquí arranca la antipatía originaria en la marcha de la Junta entre Saavedra y él.” Matheu exagera su importancia. Todos esos hombres han sido carlotistas y, salvo Saavedra, son amigos o defensores de los ingleses que en el momento aparecen a sus ojos como aliados contra España.

El delirio y la compasión
La mañana del 25, cuando muchos se han ido a dormir y otros llegan a ver “de qué se trata”, el abogado Juan José Castelli sale al balcón del Cabildo y, con el énfasis de un Saint Just, anuncia la hora de la libertad. La historiografía oficial no le hará un buen lugar en el rincón de los recuerdos. El discurso de Castelli es el de alguien que arroja los dados de la Historia.

Aquellas jornadas debían ser un simple golpe de mano, pero la fuerza de esos hombres provoca una voltereta que sacudirá a todo el continente. Dice Saavedra: “Nosotros solos, sin precedente combinación con los pueblos del interior mandados por jefes españoles que tenían influjo decidido en ellos, (…) nosotros solos, digo, tuvimos la gloria de emprender tan abultada obra (…) En el mismo Buenos Aires no faltaron (quienes) miraron con tedio nuestra empresa: unos la creían inverificable por el poder de los españoles; otros la graduaban de locura y delirio, de cabezas desorganizadas; otros en fin, y eran los más piadosos, nos miraban con compasión no dudando que en breves días seríamos víctimas del poder y furor español”.

La audacia desata un mecanismo inmanejable. Saavedra es un patriota, no un revolucionario, pero no puede oponerse a la dinámica que se desata en esos días El secretario Moreno, un asceta de la revolución, dirige sus actos y sus órdenes a forzar esa dinámica para destrozar el antiguo sistema. Habla latín, inglés y francés con facilidad; ha leido -y hace publicar- a Rousseau, conoce bien la Revolución Francesa y es posible que desde el comienzo se haya mimetizado con el fantasma de un Robespierre que no acabará en la tragedia de Termidor. El ateo Castelli está a su izquierda, como French y el joven Monteagudo que maneja el club de los “chisperos”. Todos ellos celebran en los templos del Norte el culto de La mort est un sommeil éternel, que Fouché y la ultraizquierda francesa usaron como bandera desde 1792. Belgrano, que es muy creyente, no vacila en proponer un borrador con apuntes sobre economía para el Plan terrorista que en agosto redactará Moreno.

En la primera junta gana la gauche (la acepción de “izquierda” se pronuncia, todavía, en francés): Moreno, Castelli y Belgrano son un bloque sólido con una política propia a la que por conveniencia se pliegan Matheu, Paso y el cura Alberti; Azcuénaga y Larrea sólo cuentan las ventajas que puedan sacar y simpatizan con el presidente Saavedra que a su vez los desprecia por oportunistas. Las discordias empiezan muy pronto, con las primeras resoluciones. Castelli parte a Córdoba y el Alto Perú como comisario político de Moreno, que no confiaba en los militares formados en la Reconquista. Es él quien cumple las “instrucciones” y ejecuta a Liniers primero y al temible mariscal Vicente Nieto más tarde. Belgrano, el otro brazo armado de los jacobinos, va a tomar el Paraguay; no hay en él la cólera terrible de su primo, sino una piedad cristiana y otoñal que lo engrandece: en el Norte captura a un ejército entero y lo deja partir bajo juramento de no volver a tomar las armas. Manda a sus gauchos desharrapados con un rigor insostenible y no mata por escarmiento sino por extrema necesidad. Sufre sífilis, cirrosis y tiene várices, pero conserva la fe cristiana y el sentido del humor. Las victorias de Castelli en Suipacha y la suya en Tucumán afirman la posición de Moreno en la Junta, pero las catástrofes de fines de año aceleran su caída.


Frente a frente, uno de levita y otro de uniforme, Moreno de Chuquisaca y Saavedra de Potosí, se odian pero no se desprecian “Impío, malvado, maquiavélico”, llama el coronel al secretario de la Junta; y cuando se refiere a uno de sus amigos, dice: “El alma de Monteagudo, tan negra como la madre que lo parió”. El primer incidente ocurre cuando los jacobinos descubren que diez jefes municipales están complotados contra el nuevo poder.

En una sesión de urgencia Moreno propone “arcabucearlos” sin más trámite, pero Saavedra le responde que no cuente para ello con sus armas. “Usaremos entonces las de French”, replica un Moreno siempre enfermo, con el rostro picado de viruela, que acaba de cumplir 30 años. Al presidente lo escandaliza que ese mestizo use siempre la amenaza del coronel French, a quien hace espiar por sus “canarios”, una especie de soplones manejados por el coronel Martín Rodríguez. Los conjurados salvan la vida con una multa de dos mil pesos fuertes, propuesta por el presidente. “¿Consiste la felicidad en adoptar la más grosera e impolítica democracia? ¿Consiste en que los hombres impunemente hagan lo que su capricho e interés les sugieren? ¿Consiste en atropellar a todo europeo, apoderarse de sus bienes, matarlo, acabarlo y exterminarlo? ¿Consiste en llevar adelante el sistema de terror que principió a asomar? ¿Consiste en la libertad de religión y en decir con toda franqueza me cago en Dios y hago lo que quiero?”, se pregunta Saavedra en carta a Viamonte que lo amenaza desde el Alto Perú desde fines de agosto, Moreno ha hecho aprobar por unanimidad el Plan secreto de operaciones que recomienda el terror como método para destruir al enemigo emboscado.

Ese texto feroz, por momentos descabellado, no se conoció hasta que a fines del siglo XIX. Eduardo Madero -el constructor del puerto- lo encontró en los archivos de Sevilla y se lo envió a Mitre. Para entonces, los premios y castigos de la historia oficial ya estaban otorgados y Moreno pasaba por un periodista y educador romántico influido por las mejores ideas de la Revolución Francesa. Pero es la aplicación de ese método sangriento lo que garantiza el triunfo de la Revolución. Hasta la llegada de San Martín la formación de los ejércitos se hizo a punta de bayoneta, la conspiración de Alzaga, como la contrarrevolución de Liniers, terminaron en suplicio y los españoles descubrieron, entonces, que los patriotas estaban dispuestos a todo: “Nuestros asuntos van bien porque hay firmeza y si por desgracia hubiéramos aflojado estaríamos bajo tierra. Todo el Cabildo nos hacía más guerra que los tiranos mandones del virreinato”, escribe Castelli antes de ser llevado a juicio.

El coronel manda parar
A principios de diciembre dos circunstancias banales sirven de pretexto a la ruptura entre Moreno y Saavedra que será nefasta para la Revolución. En la plaza de toros de Retiro el presidente hace colocar sillas adornadas con cojinillos para él y su esposa. Cuando las ve, Matheu hace un escándalo y argumenta que ningún vocal merece distinción especial. Pocos días más tarde, el 6, el regimiento de Patricios da una fiesta a la que asisten Saavedra y su mujer. En un momento un oficial levanta una corona de azúcar y la obsequia a la esposa que la entrega al Presidente, Moreno se entera y esa misma noche escribe un decreto de supresión de honores. Saavedra se humilla y lo firma, pero el rencor lo carcome para siempre. Poco después, el 18 de diciembre, mientras los Patricios se agitan y reclaman revancha por la afrenta civil, el coronel llama a los nueve diputados de las provincias para ampliar la Junta. Moreno -que intuye su fin- no puede oponerse a esa propuesta “democratizadora”. El único que tiene el valor de votar en contra es el tímido tesorero Juan José Paso.

Moreno renuncia y el 24 de enero de 1811 se embarca para Londres. “Me voy, pero la cola que dejo será larga”, les dice a sus amigos que claman venganza. También pronuncia un mal augurio: “No sé qué cosa funesta se me anuncia en mi viaje”. En alta mar se enferma y nada podrá convencer a Castelli y Monteagudo de que no lo asesinaron. “Su último accidente fue precipitado por la administración de un emético que el capitán de la embarcación le suministró imprudentemente y sin nuestro conocimiento”, cuenta su hermano Manuel, que agrega en la relación de los hechos el célebre “¡Viva mi patria aunque yo perezca!”

Saavedra ha liquidado a su adversario, pero la Revolución está en peligro. El español Francisco Javier Elío amenaza desde la Banda Oriental y no todos los miembros de la Junta son confiables. El 5 y 6 de abril el coronel Martín Rodríguez, con los alcaldes de los barrios, junta a los gauchos en Plaza Miserere y los lleva hasta el Cabildo para manifestar contra los morenistas. Saavedra, que jura no haber impulsado el golpe, aprovecha para sacarse de encima al mismo tiempo a jacobinos y comerciantes corruptos. Renuncian Larrea, Azcuénaga, Rodríguez Peña y Vieytes. Los peligrosos French, Beruti y Posadas son confinados en Patagones. Belgrano y Castelli pasan a juicio por desobediencia y van presos.

Pero Saavedra sólo dura cuatro meses al frente del gobierno. Ha acercado a Rivadavia al poder, pero el brillante abogado y los porteños se ensañan con él y lo persiguen durante cuatro años por campos y aldeas; se ensañan también con Castelli, que muere deslenguado durante el juicio; con el propio San Martín que combate en Chile; con Belgrano que muere en la pobreza y el olvido gritando el plausible “¡Ay patria mía!”. Pese a todo, la idea de independencia queda en pie levantada por San Martín, que se ha llevado como asistente a Monteagudo, “el del alma más negra que la madre que lo parió”. Los ramalazos de la discordia duran intactos medio siglo y se prolongan hasta hoy en los entresijos de una historia no resuelta.

por Osvaldo Soriano
(Nota aparecida en la revista aniversario de Página/12, junio de 1990)





24 may 2011

Primera Biblioteca Popular de Alte. Brown


El próximo 25 de mayo se hará entrega de cientos de ejemplares para dar por conformada la primera de las Bibliotecas Populares “Néstor Kirchner” que se impulsaran en el distrito. La actividad se llevará a cabo en la sociedad de fomento "El Encuentro" de la localidad de Malvinas Argentinas del partido de Alte. Brown en conjunto con "Arte Popular en la Calles".

A diferencia de lo que muchos creemos, las bibliotecas populares no son propias de la clase trabajadora, sino una herramienta "para todos" los vecinos de un barrio.
Esta bueno resaltar el "para todos", ya que en esta etapa que estamos transitando en Argentina, reafirmamos la participación colectiva, la fomentamos. 
Y que mejor que crear bibliotecas populares para lograr que los saberes y la información llegue a la gente sin intermediarios!

Celebramos entonces tan noble iniciativa.

18 may 2011

“Revolución. El cruce de los Andes” en Burzaco


El espacio INCAA de Burzaco ofrece en el mes de mayo "Revolución. El cruce de Los Andes" en la sala Graciela Borges del espacio INCAA KM23, ubicada a una cuadra de la estación de Burzaco, y con una estrada general de $5.00 y $ 2.50 para estudiantes y jubilados.

La película dirigida por Leandro Ipiña “Revolución. El cruce de los Andes” relata el cruce de la cordillera de los Andes, que San Martín, interpretado por Rodrigo de la Serna, emprendió junto a su ejército en 1817. La mayor parte de las escenas se rodaron en Barreal, pueblo de montaña ubicado al sudeste de San Juan, en el Valle de Calingasta. Más de 220 mil espectadores ya la vieron en todo el país.

Las funciones disponibles para esta semana son Jueves 19, viernes 20 y domingo 22 a las 20:00 hs y el sábado 21 a las 17.30 hs.

16 may 2011

126 aniversario de la fundación de la localidad de José Mármol

El intendente municipal Darío Giustozzi encabezó el acto por el 126 aniversario de la fundación de la localidad de José Mármol en la plaza Nuestra Señora de Lujan.

Luego de un repaso por las obras realizadas en esta ciudad y las que estan en marcha, el Intendente se refirió a las cuestiones de la gestión como los proyectos y la planificación de lo que viene. "De mi van a contar con todo", expresó al graficar el grado de compromiso que tiene con los vecinos. Al cierre, Giustozzi declaró no haber definido aún su continuidad al frente del distrito pero dejo en claro que su gestión "realizó" en vez de "prometer" y que "(...)fuimos nosotros los que iniciamos el cambio en Alte.Brown".

Ciclo de Cine Documental en la Casa municipal de la Cultura


El miércoles próximo a las 18 hs, en el marco del Ciclo de Cine Documental se proyectará el documental "Uso mis manos, uso mis ideas" en la Casa municipal de la Cultura.

"Uso mis manos, uso mis ideas" (2003), es un documental que narra cómo en 1973, un grupo de militantes populares iniciaron un proyecto de alfabetización de adultos en un barrio de Neuquén. Tomando en cuenta las experiencias cubanas y las desarrolladas por Paulo Freire en la década del `60, los alumnos aprendieron a leer y escribir, teniendo presente que éstas son herramientas de transformación social. Esta iniciativa fue filmada por Raúl Rodríguez, con el objetivo de realizar una película que sirviera para otros barrios. Treinta años después, se rescatan estas imágenes y los testimonios de quienes participaron en la experiencia, precursora de las campañas nacionales de alfabetización.

14 may 2011

EL PERONISMO por José Pablo Feinmann

De algo estoy convencido. Cada tanto tenemos que retomar ciertas cosas...
Y ésta es una de las coasa que siempre valen la pena refrescar. EL PERONISMO. José Pablo Feinmann publicó en Página 12 varias entregas donde se refiere a este fenómerno tan único como argentino.
Hablando de retomar, me viene a la memoria una canción, "Nocturno a mi barrio", de querido "Gordo triste", que dice: "Alguien dijo una vez, que yo me fuí de mi barrio. Pero cuando, cuando! Si siempre estoy llegando!"




12 may 2011

Expo emprendedores de Almirante Brown


Los días 13, 14 y 15 de octubre se realizará en la localidad de Don Orione la “Expo- emprendedores" en Almirante Brown. Allí, más de 50 emprendedores locales presentarán sus productos. Este evento se desarrollará en la ruta 4 y la Av. Eva Perón.

El objetivo es lograr una vinculación comercial que permita el desarrollo local a través de las capacidades adquiridas por los emprendedores, que en esta oportunidad expondrán sus productos a los vecinos brownianos con el fin de obtener autoempleo y auto sustentación.
Esta iniciativa tiene como fin la inclusión social a la vez que fija la creación de un espacio donde los beneficiarios puedan insertarse en el mercado comercial, generando redes entre ellos y otros sectores de la parte empresarial e industrial.
En el festival, cuya apertura y cierre estarán a cargo de autoridades municipales, se realizarán espectáculos artísticos, paseo de artesanos, microemprendedores y manualistas, panaderos, cocineras, feria de colectividades y talleres temáticos, entre otras actividades.

11 may 2011

La intelectualidad en Argentina


Días atrás el periodista y politólogo Hernán Brienza, publicó una nota interesantísima en el periódico Tiempo Argentino, que creo que es importante compartirla en este espacio donde buscamos la reflexión.

Desafíos del pensamiento nacanpop
La intelectualidad argentina siempre ha tenido dificultades para elaborar un pensamiento que proyecte en términos reales los destinos de la Nación. Por alguna razón ha decidido refugiarse en la crítica más que en la planificación.

Después de tanta alharaca con Mario Vargas Llosa y su inauguración sin sal y desteñida de la Feria del Libro, el fenómeno literario de este año fue, en realidad, la presentación a sala reventada del Manual de Zonceras escrito por el jefe de Gabinete Aníbal Fernández. El jueves a la noche, varios centenares de personas se reunieron en la sala José Hernández y en los pasillos para escuchar las “Anibaladas” –esa mezcla de verdades brutales cruzadas con metáforas gauchipopulares– del bigote decimonónico.
Luego de su discurso, la Rural se vio invadida de pronto por un aluvión de muchachos y muchachas que, entonando la marcha peronista, como si estuvieran en una cancha de fútbol y no en un templo de la cultura, acompañaron al ministro al stand donde firmó libros durante casi tres horas. Se trata, sin duda, de un hecho novedoso. Es la primera vez en años de democracia que los integrantes de un gobierno –después de casi ocho años de un mismo proceso político– son visualizados por una buena parte de la sociedad como sus legítimos representantes, es más, diría como verdaderos ídolos populares, como rockstars, como dicen muchos. Un fenómeno extraño que debe ser leído atentamente por la oposición y dar respuestas un poco menos irrespetuosas porque no se trata de un armado de Fuerza Bruta sino que es una genuina manifestación de identificación entre líderes, militantes y gran parte del pueblo.
El libro de Aníbal Fernández remite directamente al célebre Manual de Zonceras Argentinas escrito por Arturo Jauretche en la década de 1960 y que es un buen compendio de falacias sociológicas, económicas, históricas por parte de la “inteligentzia colonialista” en un estilo que recuerda a la gauchipolítica del Padre Francisco Paula de Castañeda, entre otros. Jauretche, como se sabe, es junto a Raúl Scalabrini Ortiz y Juan José Hernández Arregui uno de los tres mosqueteros del pensamiento nacional. Más allá del merecido homenaje del jefe de Gabinete al autor del imprescindible libro El medio pelo en la sociedad argentina, la apelación a Jauretche desnuda una ausencia importante del movimiento nacional y popular en la generación, producción y transmisión de nuevas reformulaciones del pensamiento de esta tradición histórica.
En el cuadro sinóptico del pensamiento nacional encontramos los trabajos de Ricardo Rojas, Manuel Gálvez, Leopoldo Lugones como fundadores del nacionalismo radical republicano, el folklórico y el oligárquico. El peronismo procesó esas tradiciones y enunció el pensamiento nacional y popular como síntesis de una forma de interpretación de la historia y de aquel presente. Durante los años sesenta y setenta se produjo el último pliegue del nacionalismo popular que fue su condición de “revolucionario” al intercalar la luchas de clases, el gramscismo, el foquismo o los preceptos de la Cuarta Internacional en la tradición criolla.
(Digresión: Si uno lee los trabajos de los pensadores nacionales del peronismo podrá obtener una perspectiva histórica de la importancia de la batalla cultural que desde hace varias décadas lleva adelante el movimiento nacional y popular contra los análisis atravesados por la “colonización ideológica” que produce un pensamiento alienado –tilingo y malinchista–; pero, al mismo tiempo, reconocerá, por ejemplo, la condición periférica del debate con el Grupo Clarín, que no es más que el vocero en esta coyuntura histórica de los poderes concentrados en la Argentina, como lo fueron en aquellos años La Nación y La Prensa. Es decir, recurriendo a la tradición de la línea nacional del pensamiento, uno podrá descubrir cuáles son las rupturas y cuáles las continuidades de la “guerra cultural prolongada” que llevamos adelante los argentinos y se pueden reconocer los distintos actores en los diferentes nudos de sutura que tiene la historia.)
La democracia no ha discutido la Nación en términos simbólicos y políticos –o quizás en algún punto haya intentado reeditar el nacionalismo constitucionalista y liberal de la organización mitrista– y es allí donde el pensamiento nacional y popular no ha logrado hacer pie en el debate cultural hasta bien entrada la primera década de este siglo. Y eso ha constituido una falencia importante para el proyecto hegemónico del movimiento nacional y popular liderado en esta instancia por el kirchnerismo. En estos años, no han surgido intelectuales orgánicos que pudieran reelaborar, reinterpretar, reformular, sistematizar, siquiera, los preceptos de la tradición nacanpop del siglo XX. Desgraciadamente, o no, la teoría ha estado detrás de la práctica política.
La intelectualidad argentina siempre ha tenido dificultades para elaborar un pensamiento que proyecte en términos reales los destinos de la Nación. Por alguna razón –posiblemente estética y yoica– ha decidido refugiarse en la crítica más que en la planificación. Una respuesta posible puede ser que los medios de comunicación prefieren estimular la confrontación más que la construcción, pero lo cierto es que el intelectual es configurado como la “reserva moral” encerrado en la torre de cristal desde donde pontifica los errores abyectos de los políticos. A lo sumo ha sido agónico y combativo detrás de barricadas ideológicas o ha ofrecido sus servicios como técnico, pero casi nunca se ha puesto a construir y proyectar: ha relegado ese papel para los políticos.
¿Cuáles son las deudas del pensamiento nacional hoy? Reflexionar en colectivo sobre las formas que adquiere la batalla cultural, claro, y reformular los parámetros de la batalla en clave progresista y democrática. Pero, también, establecer una nueva teoría del Estado –nacional, provincial, municipal–, es decir, ¿qué significa gobernar una intendencia en clave nacanpop?; pensar sin eslóganes bien pensantes las formas posibles de integración latinoamericana; delinear la forma de capitalismo –al menos, en este momento histórico– que menos perjudica a las mayorías argentinas; cómo se inserta nuestro país es el esquema productivo continental e internacional; qué sistema de gobierno conviene a la representación y participación de las mayorías; cómo se consolidó y se profundiza la hegemonía cultural no sólo a través de los aparatos comunicacionales sino también en el mano a mano cotidiano de las relaciones interpersonales. Obviamente, es apenas un puñado de cosas a pensar, la lista es interminable, pero demuestra algunos de los desafíos que tiene por delante esta tradición. Quizás, el reto más importante de los intelectuales es el de recuperar el sentido estratégico para pensar la Nación.
Por lo demás, la visita de la SIP a la Argentina ha sido un papelón que sólo sirvió para desnudar que vino a defender los intereses de los dueños de los medios de comunicación y, en particular, los del Grupo Clarín.

FUENTE: Tiempo Argentino

7 may 2011

7 de mayo, aniversario del nacimiento de Eva Perón



Recordar a Evita es como recordar mi propia vida. Eva estuvo presente en mis días del secundario, en cada charla con mis compañeros, en mi militancia. Eva Duarte de Perón, para la inmensa mayoría de los argentinos, es presente. Sea por nuestros padres, nuestra casa, nuestro abuelo, nuestro barrio o nuestra propia experiencia de vida. Esta presente en cada acontecimiento importante de lo cotidiano del trabajador. Por eso, al igual que Juan Perón, decir su nombre es sinonimo de argentinidad. Van de la mano, respiran el mismo aire, caminan las mismas calles.
Son el alma del movimiento trabajor. Y al igual que en estos tiempos, el pueblo se siente identificado con un proyecto inclusivo.

Salud compañera!!!

6 may 2011

Cristina recibe a la CTA en la Casa Rosada


Los trabajadores debemos unirnos como nunca para construir la Patria soberana que necesitamos y merecemos. Multipliquemos en nuestros barrios este diálogo de Proyecto Nacional que nos enriquece. Abramos el debate y discutamos. Superemos las diferencias y construyamos sobre las coincidencias.

Hoy a las 11:30 hs. Cristina recibirá en la Casa Rosada a representantes de la CTA: Hugo Yasky, Pedro Wasiejko, Estela Maldonado, Roberto Baradel, Norberto Pianeli y al Diputado Nacional y titular del Frente Transversal, Edgardo Depetri.

2 may 2011

Acto en el Luna del 1° de mayo

Ayer participamos, junto a los compañeros de la CTA de Alte. Brown y del Frente Transversal, del acto que se realizó en el estadio Luna Park para conmemorar un nuevo día del trabajador. Una nueva ocasión para reafirmar la total adhesión de los movimientos populares y de los trabajadores a este Proyecto Nacional que lleva adelante Cristina. Y nuevamente nosotros como testigos de momentos que quedarán en la historia grande de nuestra patria.

1 may 2011

Cuando la dignidad es un derecho

Este Día del Trabajador no es uno cualquiera. Ocurre dentro de un momento historico único. Irrepetible. Un momento del que nos toca ser actores principales. Hoy, el "pueblo trabajador, el pueblo humilde" que está de pie sigue a Perón con el alma, y a Cristina con el corazón. Otra vez, como en el ´45, tenemos una oportunidad.

Mis queridos descamisados:
Otra vez estamos aquí reunidos los trabajadores y las mujeres del pueblo; otra vez estamos los descamisados en esta plaza histórica del 17 de octubre de 1945 para dar la respuesta al líder del pueblo, que esta mañana, al concluir su mensaje dijo: "Quienes quieran oír, que oigan, quienes quieran seguir, que sigan". Aquí está la respuesta mi general. Es el pueblo trabajador, es el pueblo humilde de la patria, que aquí y en todo el país está de pie y lo seguirá a Perón, el líder del pueblo, el líder de la humanidad, porque ha levantado la bandera de redención y de justicia de las masas trabajadoras; lo seguirá contra la opresión de los traidores de adentro y de afuera, que en la oscuridad de la noche quieren dejar el veneno de sus víboras en el alma y en el cuerpo de Perón, que es el alma y el cuerpo de la patria. Pero no lo conseguirán como no han conseguido jamás la envidia de los sapos acallar el canto de los ruiseñores, ni las víboras detener el vuelo de los cóndores. No lo conseguirán, porque aquí estamos los hombres y las mujeres del pueblo, mi general, para custodiar vuestros sueños y para vigilar vuestra vida, porque es la vida de la patria, porque es la vida de las futuras generaciones, que no nos perdonarían jamás que no hubiéramos cuidado a un hombre de los quilates del general Perón, que acunó los sueños de todos los argentinos, en especial del pueblo trabajador.
Yo le pido a Dios que no permita a esos insectos levantar la mano contra Perón, porque ¡guay de ese día! Ese día, mi general, yo saldré con el pueblo trabajador, yo saldré con las mujeres del pueblo, yo saldré con los descamisados de la patria, para no dejar en pie ningún ladrillo que no sea peronista. Porque nosotros no nos vamos a dejar aplastar jamás por la bota oligárquica y traidora de los vendepatrias que han explotado a la clase trabajadora, porque nosotros no nos vamos a dejar explotar jamás por los que, vendidos por cuatro monedas, sirven a sus amos de las metrópolis extranjeras; entregan al pueblo de su patria con la misma tranquilidad con que han vendido el país y sus conciencias; porque nosotros vamos a cuidar de Perón más que si fuera nuestra vida, porque nosotros cuidamos una causa que es la causa de la patria, es la causa del pueblo, es la causa de los ideales que hemos tenido en nuestros corazones durante tantos años. Hoy, gracias a Perón, estamos de pie virilmente. Los hombres se sienten más hombres, las mujeres nos sentimos más dignas, porque dentro de la debilidad de algunos y de la fortaleza de otros está el espíritu y el corazón de los argentinos para servir de escudo en defensa de la vida de Perón.
Yo, después de un largo tiempo que no tomo contacto con el pueblo como hoy, quiero decir estas cosas a mis descamisados, a los humildes que llevo tan dentro de mi corazón que en las horas felices, en las horas de dolor y en las horas inciertas siempre levanté la vista a ellos, porque ellos son puros y por ser puros ven con los ojos del alma y saben apreciar las cosas extraordinarias como el general Perón. Yo quiero hablar hoy, a pesar de que el general me pide que sea breve, porque quiero que mi pueblo sepa que estamos dispuestos a morir por Perón y que sepan los traidores que ya no vendremos aquí a decirle "presente" a Perón, como el 28 de septiembre, sino que iremos a hacer justicia por nuestras propias manos.


Daniel Santoro. Del manual del niño peronista.

Hay mucho dolor que mitigar; hay que restañar muchas heridas, porque todavía hay muchos enfermos y muchos que sufren. Lo necesitamos, mi general, como el aire, como el sol, como la vida misma. Lo necesitamos por nuestros hijos y por el país en estos momentos inciertos de la humanidad en que los hombres se debaten entre dos imperialismos; el de derecha y el de izquierda, que nos llevan hacia la muerte y la destrucción. Y nosotros, un puñado de argentinos, luchamos junto con Perón por una humanidad feliz dentro de la justicia, dentro de la dignificación de ese pueblo, porque en eso reside la grandeza de Perón. No hay grandeza de la Patria a base del dolor del pueblo, sino a base de la felicidad del pueblo trabajador.
Compañeras, compañeros: Otra vez estoy en la lucha, otra vez estoy con ustedes, como ayer, como hoy y como mañana. Estoy con ustedes para ser un arco iris de amor entre el pueblo y Perón; estoy con ustedes para ser ese puente de amor y de felicidad que siempre he tratado de ser entre ustedes y el líder de los trabajadores.
Estoy otra vez con ustedes, como amiga y como hermana y he de trabajar noche y día por hacer felices a los descamisados, porque sé que cumplo así con la Patria y con Perón. He de estar noche y día trabajando por mitigar dolores y restañar heridas, porque sé que cumplo con esta legión de argentinos que está labrando una página brillante en la historia de la Patria. Y así como este 1º de mayo glorioso, mi general, quisiéramos venir muchos y muchos años y, dentro de muchos siglos, que vengan las futuras generaciones para decirle en el bronce de su vida o en la vida de su bronce, que estamos presentes, mi general, con usted.
Antes de terminar, compañeros, quiero darles un mensaje: que estén alertas. El enemigo acecha. No perdona jamás que un argentino, que un hombre de bien, el general Perón, esté trabajando por el bienestar de su pueblo y por la grandeza de la Patria. Los vendepatrias de dentro, que se venden por cuatro monedas, están también en acecho para dar el golpe en cualquier momento. Pero nosotros somos el pueblo y yo sé que estando el pueblo alerta somos invencibles porque somos la patria misma.

                                           1º de Mayo de 1952 - Discurso de Evita