2 oct 2012

POR UN VOTO DE CONFIANZA: Sí al Voto Joven



Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de si misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.
Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.
Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.
Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad. 

Tus hijos no son tus hijos (KahlilGibran)


Se ha repetido en los últimos años, que este gobierno, entre otras cosas ha logrado recuperar la política, darle el lugar, el estatus y la importancia que había perdido.

Cabe preguntarse en primer término porqué desapareció la política como forma de participación ciudadana. Abusando de la simplificación de las cosas, creo que nadie podría negar que el Terrorismo de Estado ejercido por las dictaduras oligárquico militares, y en especial la iniciada en 1976, acabó con varias generaciones que habían experimentado el derecho de hacer política, esto es debatir ideas, practicarlas, difundirlas y defenderlas. Las acabó con la muerte material de personas, con la muerte de la esperanza de los sobrevivientes, con la profundización del miedo a participar u opinar, y con un discurso que caló hondoen buena parte de la población que se posicionaba como apolítica, logrando una parálisis casi total. Con el retorno a la democracia y su ejercicio en los veinte años siguientes, si bien surgieron formas de participación social y política, el saldo de la aplicación de las políticas neoliberales fue al de una sociedad fragmentada –además de empobrecida, excluida, desocupada, precarizada, etc., etc.,- y con una profunda crisis de legitimidad de los partidos políticos y sus dirigentes.

A partir del 2003, la sociedad comenzó a ver paulatinas y claras señales de un cambio de rumbo. La política volvió a ser el centro y el motor de las decisiones de gobierno, especialmente las económicas y sociales, que además estuvieron dirigidas al bienestar general, buscando mayor equidad e igualdad. La resolución de la cuestión social y del conflicto social, a través de políticas concretas y de participación directa de representantes de movimientos sociales y de sectores populares en el gobierno, fue resolviendo la crisis de representatividad, aumentando la credibilidad en le sistema democrático y político.

En consecuencia comenzó a darse la irrupción de viejos y nuevos grupos, con más o menos experiencia, con más o menos organización, pero definitivamente con ansias de participar políticamente, porque encontraron en este Modelo, no solo la posibilidad de hacerlo, sino el fomento la participación política concebida ésta como: Sistema de decisión e instrumento del cambio social.

No es fácil, desestigmatizar la política. Para muchos sigue siendo mala palabra, pero para muchos otros comienza a ser un instrumento mediante el cual hacer escuchar su voz, planteas demandas y propuestas, instalar en la agenda política temas o problemas que requieren ser atendidos y resueltos.

Los opositores a este Modelo, corporaciones económicas, algunos partidos políticos o ciudadanos comunes, miran atónitos -y hasta temerosos- la aparición en la escena política de la juventud. Muchos no escatiman esfuerzos para descalificarlos, demonizarlos y hasta detener su avance. Detrás de ello, no puede haber mucho más que miedo: a perder protagonismo y espacios, a que se modifiquen viejas estructuras, a que se fortaleza la democracia, a que toquen intereses sectoriales. O impotencia, frente a la incapacidad de ofrecerles opciones y captar su interés para sumarlos a su propia militancia.

La propuesta presentada al Congreso de la Nación, para modificar el Código Electoral Nacional -ley 19.945-, y así permitir el derecho al sufragio para los adolescentes de entre 16 y 18 años, ha puesto de manifiesto estos temores.

En estos días en que se está debatiendo el tema en las correspondientes Comisiones, desde los medios hegemónicos que tiene como meta destruir este Proyecto Nacional y Popular, se escuchan toda clase de argumentos en contra de la propuesta del voto a los 16, que dicho sea de paso tendría la misma condición de opcional que el voto para los mayores de 70 años. Son éstos, formadores de opinión y sus seguidores, los másresistentes al voto joven.

De hecho, un sector minoritario de legisladores son los que consideran que los menores de 16 años son lo suficientemente maduros y capaces para reconocer la criminalidad de sus conductas, y han promovido su sanción con el régimen penal y carcelario de los adultos, pero les desconocen aptitud para discernir entre diferentes propuestas electorales.

A aquellos que sostienen que se trata de una maniobra electoralista del gobierno para ganar votos fáciles de este segmento etáreos, habría que señalarles que, de aprobarse la propuestas, los 1.5 millones de nuevos electores pertenecen a distintos sectores sociales e ideológicos, entonces: porqué el temor? Y en todo caso se trata simplemente de adelantar un turno la elección, porque quien tiene 16 años, para la próxima elección ya tendrá 18.

En cuanto a los atributos negativos y descalificantes hacia los jóvenes tildados de: inmaduros, manipulables, comprables, ignorantes, irresponsables y por ende sujetos a quienes no se le puede delegar la responsabilidad de elegir a sus representantes, los invitaría a que se animen a afirmar que los “adultos” que actualmente tienen el derecho al voto, no poseen ninguna de estas características…

Los que muchos se niegan a admitir es que ésta propuesta, se trata de la ampliación de los derechos políticos de los jóvenes, constituyendo un nuevo paso en el proceso de construcción de mayor ciudadanía; y el reconocimiento de sus capacidades y potencialidades hasta ahora invisibilizadas por una parte de la sociedad. Se trata en definitiva de hacer que el Sistema democrático sea más extenso.Como bien lo expresara el intendente Darío Giustozzi, “Esta iniciativa fortalece la democracia, refuerza las instituciones y la vida interna de los partidos políticos, es una buena oportunidad para crecer en conciencia cívica y alentar la participación ciudadana”.

A estas alturas, creo que están más o menos claro quienes y porqué apoyan o rechazan la propuesta, desde la espera política -oposición- y desde la económica -corporaciones-.

Me interesa dirigirme a los que no comprende ésta medida, como no entiende tantas otras políticas del Gobierno. A los que ven en las políticas redistributivas, una amenaza o un ataque directo a sus intereses personales o sectoriales; que no terminan de asumir que somos un pueblo, una sociedad, y como tal debemos apostar a que nos vaya bien a todos.

A ellos quiero decirles que donde hoy ven un acto de demagogia, hay una propuesta que plantea crear derecho-de votar- y obligaciones -de informarse-, que no hay nada que temer, por el contrario se abre la maravillosa oportunidad de que la política vuelva a instalarse en la vida cotidiana de las familias, en las sobremesas delos domingos, vinculando generaciones con el intercambio de experiencias e ideas, recuperando la dimensión política perdida, del núcleo familiar.

Confíen en los pibes, confíen en sus hijos, confíen en sus propias capacidades de prepararlos para la vida.



                                  Ángel Akike, 30 de septiembre 2012