18 jul 2010

LEY DE MATRIMONIO IGUALITARIO

Después de una semana complicada de trabajo - reuniones, preparación de proyectos, más reuniones - y por que no, la vida misma, la propia digo, que esta ahí y también aporta lo suyo, una compañera, de las que nunca faltan y agradezco que no falten, me hizo una breve y nada ingenua pregunta: que opinas de la reciente aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario?
La primera idea que vino a mi mente fue, como contestar? Como hombre? Como padre? Como ciudadano? Como militante? Como concejal?... rápidamente entendí el absurdo de mi propio planteo: yo soy uno solo, con diversos roles pero uno solo y antes que nada, un ser humano, con mis propios valores, principios, creencias y contradicciones…
Es así que decidí escribir algunas reflexiones, para compartirlas y por que no para abrir el debate y el intercambio, ejercicio siempre enriquecedor.
A ver…
El 15 de julio del 2010, el Congreso de la Nación, habiéndose hecho eco de las demandas de un sector de la sociedad - la Comunidad Homosexual Argentina - que viene luchando desde hace años por obtener igualdad ante la ley, y luego de 15 horas de debate, aprobó La ley de Matrimonio Igualitario.
Sin mucho esfuerzo analítico, la primera acotación es que esto es lo que sucede en un país donde la democracia funciona. Hay uno o varios proyectos, se unifican, se debaten, se corrigen, se negocia, se perfeccionan, se vuelve a debatir, y finalmente se vota y en consecuencia: se aprueba o se rechaza.
En este caso particular, la igualación de los derechos civiles de las parejas homosexuales y heterosexuales fue aprobada por el poder Legislativo Nacional, en pleno ejercicio democrático.
Claro está que es imposible ocultar, negar o esquivar, las fueres repercusiones y enfrentamientos acaecidos antes, durante y después de la aprobación de la Ley, desde que se presentó el proyecto en Diputados, hasta hoy. Dentro y fuera del país.
No a la destrucción de la familia - no a la legitimación de las perversiones - protejamos a los niños de los pecadores, abusadores y violadores - mamá y papá y niños es una familia - esta en la biblia, lo dice dios, esta es la verdad.
Muchas fueron las frases, discursos y argumentaciones escuchadas a favor y en contra, así como los niveles de debate en términos de solidez o calidad. También fueron diversos los niveles de respeto al otro, y a la opinión del otro, observándose desde la aceptación y tolerancia, pasando por distintos tonos de grises hasta el extremo de las agresiones e intolerancia más retrógradas como:
*No a la destrucción de la familia - no a la legitimación de las perversiones - protejamos a los niños de los pecadores, abusadores y violadores - mamá y papá y niños es una familia - esta en la biblia, lo dice dios, esta es la verdad….
*No nos dejemos engañar, esta Ley significan seis millones de votos para los Kirchner para el 2011 - esta Ley es otra embestida de los Kirchner en contra de la Iglesia y todo lo que ella representa - esta Ley, nos sigue aislando, la mayoría de los países no acepta el matrimonio homosexual.
*Queremos los mismos derechos - viva el amor y la igualdad - los violadores, abusadores y abandónicos son heterosexuales - no quiero seguir siendo ciudadano de segunda - la familia “tipo” hace años que se viene modificando, no se puede seguir negando lo que ya existe.
Queremos los mismos derechos - viva el amor y la igualdad - los violadores, abusadores y abandónicos son heterosexuales - no quiero seguir siendo ciudadano de segunda - la familia “tipo” hace años que se viene modificando, no se puede seguir negando lo que ya existe.
Simplificando las cosas, lo que se vio en torno a esta Ley es la disputa de poder entre el Estado y la Iglesia.
No nos dejemos engañar, esta Ley significan seis millones de votos para los Kirchner para el 2011 - esta Ley es otra embestida de los Kirchner en contra de la Iglesia y todo lo que ella representa - esta Ley, nos sigue aislando, la mayoría de los países no acepta el matrimonio homosexual… Y en el medio la sociedad, y en el medio, una minoría con derechos ahora igualados tal como lo manda la Constitución Nacional, y en el medio, ciertos sectores de poder político-económico aprovechando el conflicto para pegarle al Gobierno Nacional y su proyecto…
Como hombre, padre, ciudadano, militante, concejal, creo que tal vez es necesario recordar algunos conceptos básicos sobre la democracia, repasar un poco la historia, invitar a todos y todas a hacer el sano ejercicio de buscar fuentes de información diversas para “saber de que se trata”, así como comprender que la tolerancia y el debate constructivo nos hace crecer como personas, como ciudadanos, como país democrático.
En este sentido, cabe señalar que desde que la humanidad se organizó en grupos, en comunidades, inmediatamente surgieron, las reglas, las leyes, para facilitar y mejorar la convivencia y el progreso. Es así que las leyes nos han servido para poner orden allí donde no lo había, pero también, para regular, blanquear y/o legitimar situaciones nuevas producto de los cambios y transformaciones sociales.
Si hablamos ya, de nuestro sistema de gobierno propiamente dicho, existe un principio totalmente vigente y es que el pueblo no delibera ni gobierna, sino a través de sus representantes. Los representantes del pueblo, de las mayorías y las minorías, los diputados y senadores, se han pronunciado. Y esto nos lleva a una obviedad y es que se han pronunciado, porque es SU función hacerlo, y lo es desde que elegimos este sistema de gobierno, y porque desde hace varios siglos (en otras latitudes) y muchísimas décadas en nuestro país la Iglesia y el Estado tienen sus respectivas áreas de incumbencia. La primera guía y orienta la vida espiritual de los que voluntariamente adhieren a su dogma, el segundo, regula las relaciones sociales, políticas, económicas y culturales de todos los habitantes de la Nación Argentina.
En relación al tema que nos ocupa - y aquí la necesidad de hacer un poco de memoria y repasar la historia – no debe llamar la atención la férrea reacción de la Iglesia. La tensión y el conflicto aparecieron siempre que el Estado desde su constitución y consolidación avanzó en la intervención y regulación de áreas y temas, que antes estaban solo bajo la órbita e influencia de la iglesia. Desde la educación, la salud, la asistencia social, pasando por las leyes de registro civil de nacimientos y matrimonios, y más cerca en el tiempo, la ley de separación, divorcio, y hasta las políticas de salud reproductiva, por mencionar algunas.
Finalmente, tres cuestiones más: la primera es que, una mirada a la composición de los votos (a favor, en contra, abstenciones y ausencias) que dio como resultado la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario, deja en evidencia la diversidad y la libertad con que cada uno de los legisladores, independientemente del vínculo partidario, ha expresado su postura (ver resultado de la votacion). Por otro lado, la Comunidad Homosexual Argentina – con el apoyo de muchos que no pertenecen a dicha comunidad -, viene luchando desde hace muchos años por lograr la igualdad en sus derechos civiles; minoría o no, son ciudadanos que merecen ser escuchados y atendidos en sus reclamos. Y por último, cabe preguntarse ¿cual sería la ventaja electoral de ponerse en contra a un pueblo que se declara en su noventa y un por ciento perteneciente a la iglesia católica?.
Votos a favor: 33
- FpV: 19
- UCR: 5
- Peronismo Federal: 1
- Otros bloques: 8
Votos en contra 27
- FpV: 7
- Peronismo Federal: 4
- UCR: 12
- Otros bloques: 4
Abstenciones 3
- FpV: 1
- Otros bloques: 2
- Ausentes: 9