11 jun 2009

No tengo dudas

Mientras las madres y abuelas de Plaza de Mayo estén junto al gobierno, no tengo dudas.
Mientras sigan apareciendo sus nietos apropiados, no tengo dudas.
Mientras haya quienes sigan vivando a los represores, no tengo dudas.
Mientras los gobiernos de Latinoamérica estén cada día más ligados a la Argentina, no tengo dudas.
Mientras la jerarquía de la Iglesia sea más afín al mensaje de los opositores que al mensaje del gobierno, no tengo dudas.
Mientras el FMI esté allá pero no aquí, no tengo dudas.
Mientras la derecha se indigne porque considera a este gobierno de izquierda, no tengo dudas.
Mientras la Mesa de Enlace se sonría victoriosa rodeada de porotos de oro, y los gurúes de la City auguren inminentes cataclismos, no tengo dudas.
Mientras haya tanta libertad que se pueda decir que el oficialismo hace todo mal y que lo seguirá haciendo mal, no tengo dudas.
Mientras la iluminada Casandra augure que la Argentina “podría desaparecer del mundo civilizado”, no tengo dudas.
Mientras gran parte de la sociedad democrática se expresa públicamente día y noche, en la vigilia y en el suelo contra el gobierno, no tengo dudas.
Mientras la luz y el gas no se apaguen, y no se seque la nafta, y no colapsen los radares, los aviones y los trenes sin hacer caso de las profecías, no tengo dudas.
Mientras los jubilados viejos y nuevos cobren con plata como todos los trabajadores, no tengo dudas.
Mientras haya aquí patriotas aterrados porque una empresa multinacional argentina es estatizada en Venezuela, y esos mismos patriotas ni siquiera se inquietaron cuando fue privatizada toda la Argentina, no tengo dudas.
Mientras de un lado esté Marcos Aguinis y del otro José Pablo Feinmann; y de un lado estén Blumberg, el rabino Bergman y el gatillo fácil, y del otro las garantías y la Corte Suprema ; no tengo dudas.
Mientras se avance hacia el tratamiento de una nueva ley de medios ampliamente consensuada, no tengo dudas.
Mientras no haya medidas de ajuste ni retrocesos en las conquistas de los trabajadores, no tengo dudas.
Mientras Cristina no dé ni un paso atrás, no tengo dudas.
Eso sí: tengo dudas de no tener dudas. Pero la oposición, paradójicamente, me inspira certidumbres.
Sí, estoy seguro: soy opositor de los opositores.
De Orlando Barone (columnista del diario La Nacion)