2 jul 2012

ENTREVISTA A EDGARDO DEPETRI: HAY QUE AVANZAR CON LA REFORMA CONSTITUCIONAL



El diputado nacional y secretario general del Frente Transversal, habló con Revista2016 sobre el acto en Vélez, la recuperación de YPF y la profundización del modelo.

-¿Cómo se organizó el acto en Vélez?
- La verdad es que la decisión del acto se tomó en un momento complejo para el Gobierno. Las condiciones eran muy difíciles, veníamos de lo que fue el accidente ferroviario de Once, la campaña de denuncias contra Amado Boudou y el intento de las corporaciones económicas de hacer aparecer a Moyano como el gran líder opositor que iba a conducir el conflicto social.

La Presidenta tomó decisiones muy fuertes enviando la Ley de Reforma del Banco Central, una iniciativa que golpea el corazón del sector financiero, un tema clave para el modelo, para la producción nacional y los trabajadores.

Después salimos fuerte al cruce de las operaciones para voltear a Amado Boudou; hubo un debate también en el gobierno sobre la conveniencia o no de bancarlo y nosotros en eso no tuvimos dudas, salimos a bancar al vicepresidente entendiendo que querían la cabeza de él para ir contra Cristina.

El debate que se instaló sobre el tema energético y la nacionalización de YPF nos puso a la ofensiva, y el moyanismo se ofrece ahora al poder económico para ser una figura que desgaste a Cristina. Los mismos que le hicieron tapa en los diarios mostrándolo con las manos manchadas de sangre son los que ahora le dan entidad.

El acto de Vélez, lo que hace es coronar una ofensiva muy fuerte del Gobierno nacional, instala el debate sobre el rol de los movimientos sociales y populares del pueblo argentino para bancar el modelo de distribución de riqueza, con un Estado presente en la economía y sobre todo con una nueva matriz del movimiento, una nueva identidad del movimiento nacional y fuerte protagonismo de los jóvenes.

-Señalás la situación en la CGT como un ariete utilizado por el establishment para golpear al Gobierno. ¿La ruptura con el MTA no le resta poder al proyecto?
- El movimiento obrero tiene cien años de historia, es anterior al peronismo y es un poder en sí mismo. Los trabajadores son la columna vertebral del proyecto nacional. Una cosa son los trabajadores y otra son los dirigentes sindicales. El movimiento sindical, incluso Moyano, recupera prestigio y protagonismo por este proyecto. Por supuesto que para mí está claro el rol que cumplió Moyano durante el neoliberalismo y el acompañamiento que tuvo en este proyecto, pero lo que hace es una disputa por la conducción política. Está en su derecho de hacerlo, pero que quede claro que en la escalada contra el Gobierno las corporaciones mediáticas lo tienen como un aliado.

-Con la transferencia extraordinaria de PBI hacia la clase trabajadora era probable que tarde o temprano se diera una disputa por el protagonismo en el proyecto.
- La disputa tiene que ver con intereses de poder, posicionamiento partidario, resortes de control del aparato del Estado y creo que en eso hay una opción de lo que es el Moyanismo o Moyano de disputar, primero la conducción de la CGT, por lo cual la agenda que él sostiene puede ser correcta en términos de representación con el mínimo no imponible o con el reparto de utilidades de las empresas, pero de ahí a impugnar el proyecto...

Están en una disputa de poder en función de resituarse, y van en la búsqueda de Scioli como opción. Me parece que ellos van a disputar adentro del PJ y se van a ofrecer como la conducción del conflicto social, tienen poder para hacerlo para desgastar el gobierno, arrinconarlo y debilitarlo. Van a jugar en esa estrategia.

Igualmente yo creo que Moyano pierde la elección en la CGT, la mayoría de los dirigentes sindicales que van a acompañar al gobierno y van a trabajar para plantear otra estrategia en la conducción de la CGT.

-¿Qué diferencias hay respecto de la situación de 2011, cuando se hizo el acto de Huracán?
- Me parece que Huracán fue una convocatoria masiva para que Cristina sea la nueva Presidenta, la única que nos sintetiza. Veníamos con el dolor de la muerde de Néstor y más allá del dolor, tenía que ser por la patria y por el pueblo y ella en ese amor fue a Huracán y abrió el debate sobre la profundización del modelo.

Vélez es la consolidación de este proceso que abrió Huracán y que terminó con el triunfo electoral de 2011 y es la apertura a construir lo que ella expresa en términos de decisión de políticas de Estado. Es la Cristina estadista, la Cristina militante, la Cristina cuadro, la que pone el aparato del Estado en defensa de los intereses de la comunidad, por eso la nacionalización de YPF y la consigna Unidos y Organizados.

-La Presidenta plantea políticas públicas para 20 años, pero su mandato termina en 2015. ¿Cómo se logra la continuidad del modelo?
- Hay que institucionalizar los procesos de transformación. Es evidente que la idea es maravillosa, pero la encarnan hombres y mujeres en concreto. Tenemos 4 años para seguir avanzando y darnos un debate muy a fondo de las posibilidades a futuro. Hay que avanzar con la reforma constitucional, no mirar sólo lo electoral, eso puede ser un capítulo, pero no el único.

Si o si hay que incorporar al texto constitucional el tema de la energía, el petróleo, el gas, la caída de las aguas, la tierra. Otro tema importante son los derechos sociales; estamos avanzando mucho en esos aspectos, como la asignación por hijo, el tema previsional, la defensa del salario, la convención colectiva, el matrimonio igualitario. Todas estas cosas tienen que estar.

Tenemos una responsabilidad: que Cristina llegue al 2015 con el poder suficiente. Si es así, la reforma de la Constitución se puede dar, incluso un nuevo período, en tanto y en cuanto la compañera quiera hacer un nuevo esfuerzo.

-La oposición no parece encontrar un candidato que pueda articular los intereses del establishment.
- El gran operador dentro del Frente para la Victoria de esta estrategia es Alberto Fernández que ya lo dijo antes de que muriera Néstor: “Ni Néstor ni Duhalde, tiene que ser uno nuevo.

El poder ya tiene candidato, Macri y Binner. Uno es la derecha más retrograda y el otro social cristianismo, social demócrata. Lo único que les falta es un candidato adentro de FpV.

-¿Frente a esto, cómo debe avanzar en el armado político el kirchnerismo?
- Es trascendente que construyamos unidad. Creo que acá hay un rol importante de La Cámpora en el diseño de poder del Frente para la Victoria. Cristina brilla lejos, a 40 o 50 puntos de cualquiera de la oposición o de los nuestros, después viene La Cámpora en la estrategia de acumulación de poder y de organización, sobre todo por el mensaje del cambio generacional que intenta dar Cristina y después venimos todos, movimientos sociales, populares, los intendentes, etc.

-El proyecto de país en términos de políticas públicas y orientación general tiene dos componentes: el ideológico o doctrinario y el económico estructural. En ese sentido, no va a quedar otro camino que tomar medidas como de la YPF, de captación de renta y de control de recursos estratégicos.
- Si, aparte hay que hacer memoria, porque hace solamente 10 años nos querían poner un técnico del Fondo Monetario Internacional que se haga cargo del Banco Central. Hace 10 o 15 años Cavallo decía que las provincias eran económica inviables y que la Patagonia debía ser territorio para extracción de petróleo y gas, Cuyo debía mirar a Chile para salir por el ALCA por el Pacífico; el Nordeste tenía que mirar San Pablo porque iba a ser Brasil la capital industrial y el NOA tenía que mirar a Bolivia, porque era la zona liberada al narcotráfico, la prostitución, la droga y de ahí iba a venir la mano de obra esclava para el desarrollo agroindustrial de la Argentina, que iba hacer un país meramente agrícola- ganadero, donde la dictadura le puso la sopa transgénica o el alimento y el menemismo también agregó la minería y largó petróleo. Entonces ese era el país de 30 millones de argentinos y el conurbano bonaerense le tocaba reparto de alimento, bolsa de mercadería, represión y cárcel. Ese era el modelo que teníamos hace menos de 15 años, desarmar ese modelo nos va a llevar tiempo y por eso el gobierno está avanzando de acuerdo a sus posibilidades en tomar decisiones estratégicas que fortalezca este modelo.

-Vos que fuiste siempre de ATE y también estuviste en la gestión, ¿no te da la sensación que es necesario democratizar el Estado, reformarlo, porque a éste lo estamos forzando al límite?
- Más que democratizar el Estado hay que construir uno nuevo, que se haga cargo de áreas estratégicas y fundamentales de la economía nacional, pero que también, como dijo Cristina, que tenga eficiencia económica y eficacia social y que promueva y defienda el valor central del trabajo. Pero también los trabajadores tenemos la responsabilidad de que cada puesto de trabajo recuperado nos tiene que devolver la capacidad de sentirnos integrados con otros sectores de la sociedad y poder hacer que la Argentina vuelva a ser el lugar donde el trabajo sea el objetivo colectivo del conjunto de la población. En eso hay una responsabilidad muy fuerte de los funcionarios, los que toman el control del aparato del Estado, pero también los trabajadores estatales somos actores principales en la defensa de las políticas públicas y no se puede por ningún interés sectorial ni corporativo estar por encima del interés general que es garantizar los recursos que acumulamos de todos los argentinos.

-¿Eso sería la sintonía fina a la que se refiere la Presidenta?
- Con sintonía fina, la Presidenta planteaba la profundización del modelo. Algunos lo interpretaron que venían políticas de ajuste, pero eso no es la profundización del rumbo. Hay que trabajar fuerte en la institucionalización de estos cambios, y esto se hace restituyendo el sujeto político, social y cultural.

También hay temas que tenemos que abordar hacia adelante, uno de ellos es el desarrollo de la industria ferroviaria. Más allá de las discusiones de concesiones sí o concesiones no, la Argentina debe volver a tener la capacidad de producir locomotoras, vías, durmientes y vagones. Si ganamos licitaciones internacionales y hacemos reactores nucleares cómo no vamos hacer locomotoras.

Otro tema trascendental es el de la industria naval. Hay 8 mil millones de dólares que se pagan en fletes para que la producción local llegue a los mercados internacionales. Tenemos que tener la capacidad de transportarla y eso nos llevará también al desarrollo de un sector que genera mucho empleo, que tiene mucha capacidad de intervenir y recuperar rápidamente una renta que hoy se llevan las multinacionales.

Si ya tenemos petróleo, gas, carbón, energía nuclear, hidroelectricidad; vamos consolidando el país con matriz industrial, pero con fuerte desarrollo en el mercado interno y muy vinculado al desarrollo de América Latina; si estamos avanzando fuertemente en áreas claves como el desarrollo en ciencia y tecnología y garantizamos niveles no sólo de trabajo sino de previsión social, es que estamos realmente construyendo y cambiando la Argentina, dando vuelta la realidad que vivimos en tiempos del neoliberalismo. Encontrar también ese camino donde el pueblo sea protagonista, crea más en sí mismo, no solamente en la Presidenta, y sienta que lo necesitamos para seguir avanzando en este proceso de trasformación.

FUENTE: Revista 2016